Si un amor se muestra de la forma errónea a la que debería de persistir en nuestras vida, no sera al final el destino que queremos para nuestros sentimientos.
El amor para cualquiera, no "debería" ser de tal forma, tiene que ser como la luz al final del túnel, la brisa fresca que se siente después del exuberante calor, el suave suspiro de un alma desolada que logra encontrar su mitad.
En la actualidad el amor es tomado como la muestra de desinterés hacia la persona a quien pertenece el sentimiento al mando, dejando a su paso la incógnita de la ilusión que debería ser desde un principio, clara. No solo la ignorancia que nos arrolla cuando en realidad lo necesario es dejar de tomar las decisiones y caminos erróneos para poder tomar el sentido correcto a esa camino que conduce a esa compañía, la comprensión mutua,al amor que debe ser correspondido por la existencia del otro.
Unir las piezas con el predominio del otro.

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