Pesadillas de navidad - parte III
(Relato)
(Relato)
Veo hacia todos lados
mientras estoy revisando mi casa, estoy más que segura que eso fue muy real, ¿o
no?
Esto fue lo más horrible que
me ha podido pasar, debo salir, tomar aire o moriré de la intriga en estos
momentos.
Me visto, tomo una píldora
para el dolor de cabeza que aún me fastidia, coloco un suéter sobre mí, tomo
mis llaves y salgo. No sé bien hacia donde voy pero en estos momentos ya eso no
importa. Solo necesito salir y distraerme de esta mala broma que me jugo mi
cabeza.
Voy en camino hacia algún
lugar en mi auto, manejo sin encender el estéreo no me siento con ánimos para
eso y a decir verdad no me siento con ánimos para nada.
Me siento una autómata
mientras conduzco por la carretera que da hacia la ciudad, giro en una pequeña
curva para comenzar a rodar por lo que sería el comienzo de las calles
transitadas, y es como si un pequeño reflejo me vislumbrara la vista. Creo
acabar de ver un niño, un niño no muy grande con piel pálida y ojos brillantes.
No estoy segura si fue
cierto o solo la conmoción del sueño de hace un rato, veo por el retrovisor y
no veo nada, sacudo mi cabeza mientras rato de sacar ese sueño y el susto de mi
mente.
-Hoy
sería una noche horrible-digo para mí misma.
Al comenzar a andar por las
calles ya me siento algo cansada y detengo el auto en lo que sería el costado
de un lago, donde las parejas suelen sentarse a conversar o pequeñas reuniones
casuales de personas por el mal camino tratando de hacer un trato.
Pero aquí estoy yo, sentada
sin comprender aun lo que acaba de pasarme, es muy raro que no pueda sacármelo
de la mente de una vez por toda, he pasado por cosas reales como asaltos,
sustos que atenten contra mi vida y he logrado superarlos más rápido que esto.
Doy un salto estrepitoso al
asustarme con el tomo de mi celular, al menos lo traje conmigo, cuando veo de
quien se trata es mi madre, con la que no hablo hace más o menos un año, luego
de un pequeño percance con uno de sus novios.
Luego de que papa falleciera
mama y yo nos volvimos distantes, sin ningún ánimo de esforzar la relación
entre nosotras, eso para mí a creado cierto rencor porque nuestra relación no
solo debía tratarla yo como hija, si no también ella como madre.
Llegan a mi esos recuerdo y
decido obviar la llamada, no creo sea algo importante, solo tratar de
disculparse como el día de mi cumpleaños o el día de las madres, cuando los
recuerdos la asaltan no puede contener sola la culpa, así que debe llamarme a mí.
Vuelve a sonar mi teléfono y
con un resoplido contesto, no somos adolecentes peleándose por un novio debemos
resolver esto de una vez por todas. Por eso me permito tratar de escuchar que
quiere decirme.
-Hola-
-Hola Ali- su voz suena con
un poco de alivio.
-Eh… que… que tal ¿todo?-
-Bien… todo... Bien, que me
dices de ¿ti? ¿Cómo estás?-
-Yo perfectamente, sentada
frente al lago pensando en los errores de mi pasado y como enmendarlos como una
llamada-
-Alicia -suspira- no hay
necesidad de tomar las cosas de ese modo, solo quería llamarte para….
-Saber cómo estaba y como
iba mi vida, si me lo esperaba. Estoy bien y respirando, ¿feliz?-
-No tengo mucho tiempo, por
favor déjame explicarte además, También quería desearte feliz año nuevo aunque
no lo sea aun-
-Gracias…. A ti también,
supongo-
Un silencio algo incómodo
invade la línea y si no fuera por el sonido de nuestras respiraciones y del tránsito
tras el teléfono pensaríamos que alguna de las dos ha cortado la llamada.
-Todo termino… con Fred,
hace meses. Pero… pero no había tenido el valor de llamarte-
-Y, ¿porque todo termino? –
no puedo evitar preguntar.
-Me di cuenta que me
engañaba con su secretaria… una vez-
-Y ¿qué hiciste?-
-Lo perdone- no puedo evitar
soltar una risa sarcástica- una vez… pero luego, hubo una latina con la que
también me engaño-
-Y ¿también lo perdonaste o
seguiste soñando que algún día iba a cambiar?- vuelvo con mi risa irónica,
hasta que escucho lo que tiene para decirme.
-No… yo… deje veneno en su
bebida- lo dice casi en un susurro que no logro casi escuchar-
-¿Qué?- mi sonrisa se borra
por completo al entender lo que me dice.
-Yo no lo hice- lo dice
ahora más fuerte con naturalidad y su voz de coloca un poco más ronca de lo normal,
pero calla un momento como si debatiera consigo misma.
>>Yo lo hice- suelta
de una sola vez y su voz está entre ser la de ella, y de otro ser que se
mescle.
No estoy entendiendo esto, ¿estará
acompañada por alguien?
-Brenda ¿dónde estás?-
-En un psiquiátrico, ya se está
terminando el tiempo. Pero tienes que saber una cosa-
-Brenda ¿qué pasa? – me
estoy asustando- ¿Mamá? ¿Mamá? ¿Estás ahí?
-Claro que lo estoy- esa ya
no es su voz, ahora suena como una de las voces que escuche en mi sueño-
-¿Mamá?- suelta una pequeña
risa- mamá ¿eres tú? ¿Qué le paso a tu voz?
Esto me está alarmando
mucho, veo la llamada y aún está en curso pero esa ya no es mi madre.

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